Bósforo

Como chispitas de luz que nacen en derredor y no se esfuman enseguida. Que tampoco crecen; solamente son, solamente están, y solamente las miras como con el asombro de un niño que viera una luciérnaga encenderse por primera vez.

O como si de repente una ráfaga de viento nos trajera desde el sur de atrás un mar de semillas de dientes de león que nos envolviera. Te quedas inmóvil, no sabes el tiempo que el aire sabrá mantener esa belleza de lo efímero. Sostienes el aliento, surgen interrogantes; pero te nace una sonrisa desde algún lugar entre fuera y dentro que te recuerda que lo que verdaderamente quieres no es otra cosa sino sentir.

Y mientras, bailan pájaros de Robe entre ventanas abiertas a un cielo naranja, componiendo una sinfonía que crees empezar a oír a lo lejos.

O quizás no tan lejos.

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