Se trata de una crónica de seis supervivientes a la bomba atómica que cayó sobre Hiroshima el 6 de agosto de 1945: qué estaban haciendo el día anterior, ese día justo antes de que cayera, y cómo fueron sus días posteriores.
Los seis supervivientes son muy dispares y no tenían relación entre sí: una mujer viuda con varios hijos pequeños, un joven médico de 25 años del hospital de la Cruz Roja, un médico de unos 50 años propietario de una clínica privada, una oficinista de poco más de 20 años, un misionero cristiano alemán y un reverendo metodista japonés.
Pese a los horrores que se describen no es un lectura que me deje mal cuerpo; quizás porque me causa mucha más desesperanza ver los motivos que llevan a las personas a cometer actos tan bárbaros que las consecuencias en sí de dichos actos.
Iderina 