Negación

Vuelve, no sabemos de dónde, más individual y menos dividida que nunca. Busca en ollas negras la bicicleta que una vez fue refugio, aunque de eso haga ya mucho; lo suficiente como para que la herida haya dejado ya de doler, de sangrar, de escocer; ni siquiera de recordar.

Re-cordis, vuelta al corazón, que sigue bombeando con la misma fuerza o más, aunque le queden menos latidos.

Como los corales, colonias de colonias, nos miran desde fuera y… ¿y? ¿Dónde está la belleza? En el ojo que mira, por supuesto. O no: en el ojo que ve. El ojo que sabe ver.

Hablaron hace años de las fibras de un corazón hipotecado, cuando aún no había empezado a pagar la primera cuota. La primera mensualidad. La primera letra de una palabra que se convirtió en cuento, en novela, en reflejo de las memorias de las mil vidas no vividas y a la vez… de las únicas incrustadas en su piel.

Absurdos 4

No fue un robo, fue un hurto
Un poquito de corazón, un poquito de alegría
No hubo violencia, no hubo embustes
No pasa nada, hay corazones como de lagartija

Hoy el cielo está en escala de grises
Algunos lo llamarán bruma
El ricino aún no se ha marchitado
Esperar al destino es un consuelo triste

Nos resguardamos ansiando exponernos
Nos ocultamos rezando ser visibles
No es por vosotros,
Es por nosotros

“Los chicos de hoy en día…”
Resbalan esas palabras por labios
Que ya no se consideran dignos
De llamarse, de besar, de sentirse “chicos”

Secos, ¿el qué? ¿Los corazones?
No, muy típico
Secos los sueños, secos los deseos
Seca la música, secos los ojos

La vejez que no halla su lugar en este domingo
Amarillean los tejidos sosteniendo las almas frágiles
Yo no había ordenado construir este pantano
No soplaba el viento al nacer este aeropuerto
Se amplifican los tubos y los cambios
Al mil por ciento, elevados a la Unión Soviética caída

Dudan las facultades de sus dueños
Dudan las capacidades de sus contenedores
Dudan los talentos de no terminar en el banco
Dudan los dones de no volver a ser Juanes

A favor de todo pronóstico, las tarjetas vocearon
Cánticos de Zeus, súplicas de lavatorio
La torpeza mora en el parque
Haciendo cola en la entrada del sanatorio

Siempre hablamos de abismos, no podemos evitarlo
Somos el felpudo de las lechugas
No le importaba su opinión a mi dictador
Paciencia, punto y aparte
Paciente, punto y final

Absurdos 3

El suicidio involuntario de una golondrina
Que fue a enterrarse en un sótano
Lejos de turistas, lejos del mar
Cerca solo del núcleo de sí misma

Flotan los interrogantes
Como dientes de león
Que nunca terminan de tocar tierra
Que alzan el vuelo sin esperar por ella

Oíamos violines en honor al mayordomo
Era el premio por volcar en nuestra platea
Hacia dentro, contra los codos
Un nido de risa por bandera

El abuso del acervo comunitario
Compartimentado en habitáculos adecuados
Mirando a los lados, ¿vecino?
El peso de la losa de la sospecha

Componen los inocentes un limpio
Ju(e)go de polos enfrentados
Moho en las caras, zapatos numerados
Abrasan las alarmas contrariadas

Absurdos 2

Y las palabras vinieron a nacer, empujándose a codazos, en este domingo de calor. Emparentadas como lo estaban con el centro de la tierra, con el centro de los corazones y las cosas, no pudieron por menos que recordar los cuadros de Comillas, pequeña pero insigne villa, con sus capullos por torreones y sus potros presentes solamente en la memoria de sus madres.

El papel, ah, el papel. Primero fueron las palabras libres, y luego esclavas de la celulosa. O quizás sencillamente alguien había jugado a los dados una tarde y decidió que las palabras y los árboles habrían de entretejer sus destinos como las gotas de lluvia se funden en los rostros de quienes se atreven a mirar arriba.

Podando picos (picos de Europa, picos de tucán, picos de gallo) empezó a componerse un vals que aún no sonaba, que cual margarina en una receta de California, económica grasa hidrogenada, eje de lo perdido y de las perdiciones, aspiraba a llegar a ser el himno de alguna universidad. De artes, por favor.

Pintamos cajas, desafiamos horizontes, flojeamos y no son nuestras piernas. Nos tiramos de cabeza contra un aniversario que jamás llegó a venir al mundo, en un verano que alienta a romper cabezas (no literalmente, por dios) y abrir y cerrar venas en una granja de estudios de naipes.

Pompa de cristal

La ilusión era una pompa de jabón
O eso creía yo
La ilusión era luz delicada
Flotando en el aire
O eso quería creer yo

Pero era una pompa de cristal

Era una pompa de cristal tan fino
Que cuando las palmas de mis manos
Intentaron acogerla en su seno
Se rompió en mil cuarzos

Mil cortes en la frágil piel
Ya no hay iridiscencia
Mil heridas a sangrar
Ya no brilla la luz en su ser

Y maldices ese motor que te recuerda
Lo que intentas desterrar de tu memoria
Y maldices cada rincón de esta tierra
Tan vacía de todo y tan llena de su ausencia

¿Duele más lo que fue,
O el sueño de lo que pudo haber sido?

Miente tan bien el corazón a la mente
Cuando sabe lo que quiere…
Ciega, cegadora ceguera
Nada es sino cuanto quieres que sea
Nada es sino todo cuanto darías para que fuera

De nuevo en ninguna parte
De nuevo en viejos lugares conocidos
De nuevo sin novedades en cada amanecer
De nuevo corren, turbios, los ríos

Aire
Inspiras y contienes y no te mueves
Confiando al cielo la esperanza
Agua
Tiembla cuando tus manos creen asir
Lo que siempre se les escurre
Tierra
Caes, no en silencio, no con elegancia
Caes, hincando rodillas, manos y frente
Caes, rezando para que al menos tus lágrimas
La rieguen y algún día puedas dar las gracias

Absurdos 1

Radiantes estaban en su no-fiesta
Delirando por el porvenir truncado que jamás sería
Las hirientes palabras oídas
Convertidas en un lujoso collar de metralla

Abrazos no, hoy no, aquí no
Pesaban los recuerdos mientras se internaba
Cual espuma en los orificios invisibles de la luna
-Incendiemos selenitas sin compasión-

Aries, eres y no eres
Seguimos inmersos en nuestra batalla con Morfeo
Guerra no declarada, guerra perdida y ganada
¿Qué fue de esos gorriones que nunca vinieron?

Nunca tuerces tu brazo, no
Pensar en peces solo te hace llorar, sí
Golpeamos el suelo con rabia contenida
Mientras en la televisión sigue sonando tu melodía

Cosechas dolores, siegas mi alma
Testarudo como aquel representante de los dioses
Ligero como tres plumas sin ave
Rascan los segundos albinos desde mi siembra

Diseña tu estrategia, arquitecto
Diseña un objetivo adecuado para el rebaño
Dame la espalda mientras puedas
Que el azul de mis lágrimas no te sorprenda

Quién lloró por las muelas del juicio
Quién juzgó sin micrófonos abiertos
Alegría en el comité de los tímidos
Un chin-chin por la grandeza soportada